La guerra comercial entre Estados Unidos y China está teniendo efectos indeseados y un impacto negativo en algunos sectores de la economía estadounidense, según el exasesor económico del presidente Trump.
La batalla arancelaria impulsada por el presidente de EE.UU., Donald Trump, contra China ha tenido un «impacto dramático» en sectores como la agricultura, la manufactura y la inversión de capitales de Estados Unidos, le dijo Gary Cohn a la BBC.
Precisamente este jueves, Trump anunció nuevos aranceles del 10% en US$300 mil millones de productos chinos a partir del próximo 1 de septiembre.
Los inversores reaccionaron a la noticia con preocupación y el índice Dow Jones cayó abruptamente.
Para el exasesor de Trump, estas medidas no sirven sino como «excusa muy conveniente» para que China desacelere su economía sobrecalentada.
Cohn, defensor del libre comercio, anunció su renuncia al puesto en el gobierno de Trump el 6 de marzo de 2018 y fue reemplazado a principios de abril de ese año.
También expresidente del banco Goldman Sachs, Cohn, de 59 años, fue una elección inusual para Trump, al ser un demócrata en un gobierno republicano.
Era favorable al internacionalismo económico, mientras que el presidente estaba instalado en un enfoque más nacionalista de la economía.
Cohn fue director del Consejo Económico Nacional en el gobierno de Trump entre enero de 2017 y abril de 2018, cuando dimitió tras la decisión de Trump de imponer aranceles sobre el acero y el aluminio.
«La economía china está impulsada por el crédito y la disponibilidad del mismo», le dijo Cohn al programa Today de la BBC.
«El crédito y su disponibilidad lo determina el gobierno central, que puede apagarlo y encenderlo».
«Todo el mundo pierde»
«Pienso que la economía china se iba a desacelerar con o sin una guerra comercial», afirmó el exasesor de Trump.
La idea de que los aranceles resolverían los desequilibrios comerciales entre Estados Unidos y China era una «visión de hace mucho tiempo» de Trump, indicó Cohn.
Sin embargo, dijo que el mandatario sí tuvo razón al tratar de abordar el robo de propiedad intelectual estadounidense por parte de China y el bloqueo del acceso de las empresas de EE.UU. a los mercados chinos.
«Eso tiene que arreglarse», señaló.
Pero advirtió: «Creo que todo el mundo pierde en una guerra comercial. Somos al 80% una economía de servicios. La economía de servicios está funcionando muy bien, porque, adivina qué, no está siendo sometida a aranceles».
Cohn dijo que los aranceles han hecho que sea costoso importar productos vitales de China, contrarrestando los efectos de los recortes de impuestos de Trump, que fueron diseñados para estimular la economía de Estados Unidos.
«Cuando construyes equipos para fábricas, compras acero, aluminio, productos importados… si entonces nosotros les aplicamos aranceles, el incentivo fiscal que te dimos con una mano te lo arrebatamos con la otra», explicó.
«Por lo tanto, no estamos viendo creación de empleo en el sector manufacturero. Y creo que si superamos esta situación arancelaria, hay una oportunidad real de ver esa creación de empleo aquí en Estados Unidos».
Análisis de Jon Sopel, editor para América del Norte de la BBC
Cohn no es nada halagador en relación a las políticas del presidente de Estados Unidos.
Piensa que las guerras comerciales han creado incertidumbre geopolítica, lo que está haciendo que las empresas no inviertan. Sorprendentemente, también piensa que, a pesar de toda la retórica, la guerra comercial con China está afectando negativamente más a Estados Unidos que a China.
A Trump no le gustará leer eso. Sin embargo, Cohn cumplió con el presidente en relación a los recortes de impuestos y la desregulación, una de las cosas que le ha dado impulso a la economía de Estados Unidos: desempleo en mínimos históricos, salarios en aumento, crecimiento de la confianza del consumidor.
Sí, los recortes de impuestos han ayudado desproporcionadamente a los ricos y han dado enormes ganancias fiscales a las empresas estadounidenses, pero con una economía en crecimiento y una caída de las tasas de interés, esto no parece ser una gran preocupación.
«Impacto significativo»
En otra entrevista con la BBC, Joseph Hinrichs, presidente de automoción del fabricante de automóviles estadounidense Ford, dijo que el impacto de los aranceles de Trump en su negocio «disminuyó» desde el año pasado.
«El año pasado hubo un impacto significativo en nuestro negocio debido a los aranceles sobre el acero y el aluminio», afirmó.
«En realidad, somos exportadores netos de vehículos a China, por lo que la subida arancelara del año pasado impuesta en represalia por los aranceles de EE.UU. nos perjudicó el año pasado, pero han vuelto al 15%. Eran de un 40% en el segundo semestre del año pasado.
«Por supuesto, hay más aranceles para las piezas y los automóviles que entran en EE.UU.
«Todavía estamos viendo cierto impacto de eso; así que, en general, todavía estamos pagando algunos de los aumentos arancelarios, pero no son tan malos como el año pasado».